Para los que no me conozcáis, me presentaré, por si alguien tiene curiosidad.
Tengo albinismo ocular parcial, lo que pasaría desapercibido de no ser por el nistagmus horizontal. Es congénito y se trata de un movimiento involuntario oscilatorio de los ojos, acompañado de baja agudeza visual.
INFANCIA, ADOLESCENCIA Y JUVENTUD
Era una niña monísima con gafas, un parche en el ojo y zapatos ortopédicos.
En el colegio trataron de ayudarme como mejor supieron, pero no estaban preparados para adaptarse a mi baja visión. Tuve ciertas dificultades para llegar al nivel de mi clase, tanto académicamente como en el terreno social.
A los 14 años empecé a hacer teatro. Siempre digo que le debo mi vida, renací cual fénix de sus cenizas, aceptándome y reinventándome.
Me diplomé en Arquitectura Técnica. Fue un gran entrenamiento de mis capacidades de superación, constancia, esfuerzo y entrega. Durante aquellos años rompí unas cuantas barreras y crucé límites que siempre me habían dicho que no podría pasar porque veía mal. Después hice un par de Másteres y estudié para dos oposiciones.
GRADO DE DISCAPACIDAD Y AFILIACIÓN A LA ONCE
En 2010, al llegar a Madrid, solicité el grado de discapacidad. Y después de ser madre y perder vista, me afilié a la ONCE.
ENTORNO LABORAL
Ya desde la universidad el ordenador ha sido mi principal herramienta de trabajo y me las he apañado bastante bien.
Gracias al teatro pude desarrollar mis habilidades sociales y comunicativas, que unidas a mi vocación docente se han convertido en parte fundamental de mi marca personal.
YO
Analizando un poco todo lo que he hecho, luchado, peleado, perdido y ganado, puedo decir que mi limitación, mi debilidad, mi talón de Aquiles es en realidad lo que me ha hecho fuerte, lo que me ha permitido ganar, lo que me impulsa a pelear y a saltar todos los muros que me han puesto delante con esfuerzo y decisión.
Soy lo que soy gracias a mi deficiencia visual, pero también soy más de lo que habría sido sin ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario